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8 claves para conducir un coche eléctrico

El coche eléctrico todavía es el gran desconocido para mucha gente y esa incógnita que genera provoca muchas dudas y preguntas entre los usuarios indecisos a la hora de dar el paso ECO a la hora de cambiar su vehículo.

La gran mayoría de estos usuarios que pasan la barrera de la duda y se acercan a probar un coche eléctrico a un concesionario de cualquier marca, descubren que la experiencia de conducirlo es totalmente única.

Y es que la tecnología eléctrica ofrece una versatilidad y ventajas que consigue poner de acuerdo a todo tipo de conductores, desde los más deportivos, a los que buscan el confort y la suavidad de marcha.

Podríamos resumir en un total de 8 las principales sensaciones o claves que un conductor tiene una vez se sitúa tras el volante de un coche eléctrico.

1. Silencio y ausencia de vibraciones

Es lo primero que llama la atención a todo el que lo prueba.

Estamos tan acostumbrados a la sonoridad y vibraciones que provoca un motor de combustión –que, al fin y al cabo, funciona por la explosión controlada de combustible- que desplazarse en calma y silencio nos traslada a otra dimensión en la conducción.

La definición de confort gana muchos enteros en un coche eléctrico, sencillamente por la ausencia de ruido y vibraciones. Justamente por este motivo las marcas trabajan en el desarrollo de los modelos parea que ni el ruido aerodinámico, ni la pisada del neumático enturbien la calma.

El coche eléctrico ya es una realidad

2. Conducción suave y fluida

La inmensa mayoría de los coches eléctricos no tienen caja de cambios ni embrague: no la necesitan por la forma en la que el motor entrega su empuje.

Esto hace que para el usuario, y más para quien haya conducido un coche con cambio automático, todo sea más fácil; solo hay que centrarse en dos pedales: acelerador y freno.

Como con un coche que cambia de marcha de forma automática, este funcionamiento resulta mucho más cómodo, sobre todo en ciudad o circulando en tráfico denso, con constantes cambios de velocidad.

Pero el eléctrico aporta un plus: todo es más fluido porque no hay tirones ni la más mínima variación de empuje entre marchas.

Además, el no tener caja de cambios ni embrague reduce el coste de mantenimiento y aumenta la fiabilidad, al eliminar dos componentes que sufren desgaste.

3. Sensación de empuje desde el inicio

Otra de las grandes sorpresas de los eléctricos es la gran sensación de empuje que transmiten.

Toda la potencia está disponible desde el primer instante, en cuanto pisamos el acelerador. Una de las labores de los ingenieros ha sido dosificar esa entrega de fuerza y el conductor ha de acostumbrarse a la inmediatez de la respuesta.

Si queremos disfrutar de prestaciones puras, el coche eléctrico nos va a sorprender, pero si queremos alargar la autonomía y contener el gasto de energía, debemos dosificar el acelerador o dejar que la tecnología trabaje por nosotros, seleccionando un modo de conducción que prime la suavidad y el bajo consumo energético.

4. Distintos coches en uno

Un motor eléctrico es mucho más modulable que uno de combustión y puede ofrecer caracteres diferentes, desde el más deportivo al más sosegado. 

Por eso las marcas nos proponen distintos tipos de conducción bajo las denominaciones Eco, Normal y Sport, en la mayoría de los casos.

Todas ellas al seleccionarlas de forma individual nos permiten disfrutar de diferentes personalidades del vehículo y ayudan a sacar el mejor partido posible a su motor y batería.

El primero prioriza diferentes elementos para conseguir el mínimo gasto de energía y optimizar la autonomía. El intermedio busca el equilibrio y el confort óptimo para un uso diario. El modo Sport da prioridad a las prestaciones y sensaciones.

5. ¿Frenar con el acelerador?

Los coches eléctricos incorporan un sistema de recuperación de energía.

De esta forma, parte de la energía que se libera en la frenada por el rozamiento se recupera y canaliza a las baterías. De igual forma, la retención del motor eléctrico hace la misma función.

Estos sistemas son tan efectivos que un buen conductor de vehículo eléctrico que sepa anticipar los momentos de recuperación de energía será capaz de ampliar su rango de autonomía y economizar el gasto energético.

6. Comportamiento mucho más neutro

Los coches eléctricos pesan algo más de media que sus equivalentes de combustión por la masa de las baterías; pero al ir instaladas en el suelo del coche, tienen un centro de gravedad muy bajo.

Además, al no disponer de un pesado motor sobre el eje delantero, el reparto de pesos entre ejes está muy equilibrado.

Para el conductor esto se traduce en una mayor seguridad, con una gran nobleza de reacciones, un carácter neutro al tomar las curvas y una gran sensación de aplomo a cualquier velocidad.

7. Conducción sostenible

Por su modo suave, fluido y silencioso de funcionamiento; y por sus características de autonomía, tiempo e infraestructura de recarga, los coches eléctricos nos “empujan” a realizar una conducción más eficiente.

Esta es una de las bendiciones adicionales a la ecología que han aportado, y es que la gran mayoría de los usuarios adoptan costumbres de conducción mucho más ecológicas, civilizadas y amables.

8. Autonomía de recorrido

La forma en la que conducimos un eléctrico afecta a su autonomía. Esto también sucede, en menor medida, con un automóvil de combustión; que tiene a su favor una mayor red de puntos de repostaje y un menor tiempo para llenar su depósito. 

Los primeros eléctricos generaban el fenómeno de la “ansiedad por la autonomía” por su bajo alcance, pero actualmente el rango mínimo ya se ha establecido en una cifra superior a los 300 Km de media con una carga total.

Eso sí, hay que realizar una planificación a la hora de realizar un viaje o si vamos a realizar mucho kilometraje lejos de nuestro punto de recarga habitual.

La infraestructura de puntos de carga públicos sigue creciendo a un ritmo acelerado (ya hay más de 225.000 en Europa). Las claves para utilizarlos es poder localizar los puntos cercanos.

Las marcas ofrecen distintos sistemas de información y localización directa a través de los dispositivos de infotainment en la pantalla del automóvil o en nuestro smartphone.

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