
Ni la posible llegada de Fernando Alonso y Flavio Briatore al rescate de Renault F1 (con compra incluida de la estructura del equipo). o el fichaje sorpresa de Valtteri Bottas para la temporada 2021, ni la última hora sobre un magnate ruso también interesado en comprar el equipo en estos momentos ocupan la mente de los máximos dirigentes del Grupo Renault.
La crisis en la que están inmersos les lleva a valorar si realmente vale la pena seguir invirtiendo millones en un equipo que no da resultados deportivos ni económicos.
El presupuesto que Renault F1 tenía para el pasado año 2019 era de 210 millones de dólares, frente a los 195 empleados en 2018.
De esa cifra de 210, un total de 70 provenían de la FOM en concepto de puntos y ránking histórico del equipo en el Mundial de F1. 10 millones los aportaban patrocinadores técnicos del equipo, y 40 millones más los sponsors principales.

Eso hacía que los 90 millones restantes para cubrir el presupuesto del equipo Renault F1 fueran provenientes del Grupo Renault. Una inversión que se plantea complicada ahora de cara a 2021 a pesar de que los equipos hayan cerrado un acuerdo de limitar el presupuesto a 145 millones de dólares.
A todo esto cabe sumar los 710 trabajadores que de forma directa están implicados en la escudería Renaiult F1, a los que habría que añadir otros 480 empleados de la factoría francesa de Viry-Chatillon donde se elaboran los motores destinados a los monoplazas de F1.
Una cifra cercana a las 1.200 personas que también verían peligrar su lugar de trabajo habitual, en la que tampoco se incluyen las distintas empresas auxiliares ajenas a Renault F1 que suministran piezas y componentes.

Descenso de vértigo desde la era Alonso
La falta de resultados deportivos en Renault F1 es evidente en los últimos años. Desde su último regreso al circo rodante en 2016 no ha conseguido ni una sola victoria, ni una vuelta rápida ni una pole en los 83 Grandes Premios disputados hasta finales de 2019.
Un contraste demasiado evidente con los años de gloria (2005 y 2006) junto a Fernando Alonso ganando de forma consecutiva el mundial de pilotos y el de constructores. Lo que además suponía no sólo en marketing y publicidad sino también en ventas de automóviles a nivel global.
En 2019 Renault matriculó en nuestro país un total de 86.446 vehículos, frente a los 96.238 de 2018 o los 101.528 de 2017. Cifras que aún tienen una mayor importancia en la crisis que se encuentra si las comparamos con los 188.896 vehículos matriculados en 2005 (el primer título mundial de Alonso con el equipo).

El Gobierno francés al rescate
“Renault se juega su supervivencia”, así de duro se mostraba Bruno Le Maire, el Ministro de Economía francés. En cuanto al préstamo de 5.000 millones de euros a la marca del rombo (el gobierno francés tiene el 15% de las acciones de la empresa) comentaba: “yo no he firmado nada todavía. Lo que si esperamos de todos los constructores de automóviles franceses es que unifiquen en nuestro país todas sus actividades tecnológicamente más avanzadas”.
Esa no es una buena noticia para las factorías española de Renault, y menos teniendo en cuenta que en el pasado mes de abril y gran parte de mayo todas las plantas europeas de la marca del rombo estuvieron paradas al igual que la red de concesionarios.

El Grupo Renault presentará este viernes 29 su plan estratégico del que ya se ha adelantado una rebaja de 2.000 millones de euros en su presupuesto global. En Francia hablan del posible cierre de tres factorías (Lorient, Dieppe y Choisy-le-Roi) además de recortes muy severos en la emblemática de Flins.
Todos los indicadores ya estaban en rojo antes de la maldita pandemia del COVID-19. En especial durante los últimos años bajo la presidencia de Carlos Ghosn. El nuevo Consejo de administración del Grupo Renault anunciaba hace semanas que no daría los dividendos a sus accionistas en 2020 por culpa de los resultados económicos del pasado año donde registraba pérdidas por primera vez en 10 años.
Los accionistas dejarán de percibir unos 330 millones de euros que irán a las arcas generales de tesorería del Grupo. Inicialmente se había previsto dar 1,10€ por acción como ganancia, en lugar de los 3,55€ que se repartieron de beneficios en 2018.
Parece que con todo ello en estos momentos el equipo Renault F1 tiene más sombras que luces en su futuro inmediato.
