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Sainz cambió el volante de su Ferrari en parrilla

Un GP de Australia lleno de problemas para el madrileño. Sainz cambió el volante de su Ferrari en parrilla a falta de 2 minutos para la vuelta de reconocimiento.

Después vendría la mala salida y el intento desesperado de remontar posiciones con los neumáticos “helados” que llevaron a Sainz al abandono tras realizar un trompo y acabar en la grava.

Mil y un problemas para Sainz

Ferrari es la clara dominadora del Mundial de F1. Suma dos victorias y cinco podios en los tres primeros Grandes Premios del año.

Charles Leclerc es un sólido líder tras ganar sin oposición en Melbourne. Lo hizo marcando además el primer Grand Chelem (pole, vuelta rápida, liderazgo de principio a fin y victoria) de su carrera deportiva.

Por su parte, Carlos Sainz vivía un Gran Premio muy distinto en Albert Park.

Sería noveno en parrilla, perjudicado claramente por la bandera roja provocada por el accidente de Alonso el sábado. Sainz, además. abandonaba en la primera vuelta de carrera abriendo una brecha negativa de 38 puntos con su compañero en Ferrari.

Lo que es evidente es que Sainz había realizado un gran trabajo durante el inicio del fin de semana en Melbourne. Consiguió batir a Leclerc el viernes en la FP1, y después estuvo muy cerca del monegasco en el resto de sesiones libres.

Cambio de volante “in extremis”

Pero cuando piensas que no pueden ir a peor las cosas, entonces empeoran aún mucho más.

Y eso le sucedió a Sainz el domingo en plena parrilla de salida. Carlos notó que el volante de su F1-75 tenía problemas y se lo comentó a su ingeniero de pista.

Muchos problemas para el español. Sainz cambió el volante de su Ferrari en parrilla.

Ésta es la conversación por radio entre ambos:

Faltan 2’20” para la vuelta de reconocimiento.

Ferrari: “Fernando sale con duras”. Sainz: “Me vais a matar. El botón del balance de frenada no funciona”.

Faltan 2’00 para la vuelta de reconocimiento.

Ferrari: “¿Quieres cambiar el volante?”. Sainz: “¿Estáis seguros?”.

Ferrari: “Podemos cambiarlo”. Sainz: “No lo sé. Dejadlo, justo antes de la salida no quiero cambiar”.

Falta 1’45” para la vuelta de reconocimiento y un mecánico le cambia el volante a Sainz.

Ferrari: “Lo sé, ¿Ahora todo está ok?”. Sainz: “Ahora funciona” Ferrari: “Recibido”.

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