“Las noticias para mí no son buenas: he tenido graves problemas en mi antebrazo derecho”. Es lo primero que declaraba en rueda de prensa Dani Pedrosa tras cruzar en 6º lugar la meta en Losail. El piloto de Castellar del Vallés había vuelto a sufrir sobre su Honda y tomaba una difícil decisión que comunicaba de forma directa.
“Este invierno he trabajado muy duro para encontrar una solución, porque sufría en cada carrera del año pasado. Todos los médicos me recomendaron no someterme a una nueva operación y he intentado buscar alternativas, pero por lo visto el resultado no es positivo.
Así que tengo que valorar las opciones y ver qué es lo que puedo hacer. Probablemente es el momento más difícil de mi carrera. Haremos todo lo posible por encontrar una solución, pero en este momento es difícil imaginar cuál puede ser”.
De esta forma Pedrosa anunciaba su retirada momentánea del Mundial de MotoGP. Dani visitaba en mayo del pasado año el Hospital Universitario Quirón Dexeus en Barcelona tras haber disputado el GP de España en Jerez. Un diagnóstico de síndrome compartimental en su antebrazo le llevaba al quirófano, teniendo una lenta recuperación que parece no haber completado.
“El equipo sabía cómo me encontraba y ha llegado un punto en el que tengo que retomar el camino de intentar solucionar el problema. Es evidente que asó no puedo seguir corriendo porque no puedo dar lo mejor de mí”, acabó añadiendo Pedrosa.