La creación de la Fórmula SEAT 1430 en los años setenta fue uno de los grandes hitos del automovilismo español.
Por tal motivo Casa SEAT acogió un coloquio para celebrar el cincuentenario del primer campeonato español de monoplazas. Pilotos y técnicos debaten las razones del éxito de la F-1430 y explican su experiencia en el campeonato.

Fórmula SEAT 1430: 50 años de historia
Sobre el papel, la receta era muy sencilla: todos los vehículos montaban una mecánica SEAT común de serie y cada constructor fabricaba su propio chasis. Este planteamiento proporcionó a pilotos y técnicos una plataforma excepcional para introducirse en la competición de circuitos, gracias en buena parte a las ayudas que ofrecía la propia marca.
Para celebrar la efeméride, Casa SEAT ha acogido un coloquio sobre la Fórmula SEAT 1430 en este céntrico espacio ubicado en la confluencia de la Diagonal y el paseo de Gracia, en Barcelona.
El acto, conducido por Josep Autet, se dividía en dos coloquios: uno técnico y otro deportivo. El primero ha contado con la presencia de Isidre López, responsable de SEAT HISTÓRICOS; el ingeniero Jaume Xifré, diseñador de los monoplazas Selex (el fabricante de más éxito de la F-1430), y Carles Miró, que acaba de restaurar un Selex ST-3 como el que había pilotado en las carreras de montaña.

En el coloquio deportivo han intervenido cuatro campeones de la F-1430: Salvador Cañellas (1972), Federico van der Hoeven (1974), Pere Nogués (1976) y Miquel Molons (1977).
El nacimiento de la Fórmula SEAT 1430 fue un impulso imparable para la promoción del automovilismo deportivo, tanto en cuanto a pilotos como a ingenieros, técnicos y mecánicos. La primera carrera se disputó el 4 de abril de 1971 y hasta 1974 el organizador era la propia SEAT.
A partir del año siguiente y hasta casi el final de la década hubo un comité organizador formado por diferentes estamentos, mientras que SEAT continuaba ofreciendo todo su apoyo técnico y económico.
Excelente escuela de pilotaje
Además de escuela de promoción deportiva, la Fórmula SEAT 1430 también fue importante para la propia SEAT, la marca que proporcionaba la mecánica de los monoplazas y dedicaba una buena partida económica a premios y primas de salida.
“Desde el punto de vista del marketing, fue un acierto asociar los fórmulas a un vehículo de serie como el SEAT 1430. Fue una idea brillante”, comentaba Isidre López.
La Colección de SEAT HISTÓRICOS ya cuenta con 350 vehículos históricos SEAT, incluyendo los dos F-1430 expuestos durante el coloquio, pero todavía no está completa. “Nos falta, por ejemplo, un Fórmula 1800”, reconoce López, en referencia al campeonato que fue el hermano mayor de la F-1430 y que se disputó entre 1974 y 1976.

Los monoplazas de F-1430 estaban formados por un chasis tubular (el primer monocasco llegó en 1977), con el motor del SEAT 1430 y la caja de cambios… ¡del SEAT 600!. También eran componentes SEAT de serie los frenos (incluyendo las pinzas y la bomba) y las manguetas delanteras.
El motor de serie entregaba 75 CV, que llegaban a superar los 80 en un propulsor bien equilibrado. Combinado con un peso de apenas 420 kg, la relación peso-potencia convertía los Fórmula SEAT 1430 en auténticos vehículos de competición.
SELEX entra en escena
Entre los fabricantes que se lanzaron a diseñar monoplazas para montar la mecánica SEAT, el de mayor éxito fue, con diferencia, Selex, como demuestra un dato concluyente: de las 71 carreras de la Fórmula SEAT 1430 disputadas (entre 1971 y 1978), 66 las ganaron los chasis catalanes Selex, y las otras cinco, los andaluces Lince.
El artífice de este dominio fue Jaume Xifré, el ingeniero de Selex que diseñó los monoplazas. Según Xifré, el diseño del chasis era lo más fácil; las suspensiones planteaban la mayor dificultad. “Entonces la dinámica de vehículos no se sabía lo que era; no existían libros ni nada. Se trataba de mirar fotos de lo que hacían fuera (sobre todo en Lotus, el equipo de F1 con la dinámica del vehículo más puntera) e intentar comprender por qué eran así”, aseveraba con su proverbial modestia.

El primer Selex de F-1430 fue el ST-3, que también es el monoplaza de más éxito de toda la historia del campeonato, dado que fue el vehículo de los cinco primeros campeones, mientras que el sexto, Pere Nogués, pilotó un ST-5, la evolución del ST-3.
Del Selex ST-3 se fabricaron 45 unidades, 25 ya preparadas para la primera carrera. “Mi padre estuvo una semana sin dormir para tenerlos todos a punto”, dice Miquel Molons hijo, campeón de la F-1430 en 1977 e hijo del fundador de Selex Miquel Molons. “Hacer un chasis eran 80 horas de trabajo totalmente artesanal…”.
Han pasado cincuenta años y el recuerdo de la Fórmula SEAT 1430 permanece bien vivo en la memoria de los protagonistas y en el legado deportivo que dejó.