Los campeones olímpicos y embajadores de CUPRA, Saúl Craviotto y Melvyn Richardson, se han puesto tras el volante del espectacular CUPRA Formentor VZ5 es el modelo más rápido y potente de la gama, con 390 CV y una velocidad máxima de 250 km/h.
En una charla distendida hablan de sus valores deportivos tras los logros conseguidos en la Olimpiada de Tokio el pasado año 2021, los campeones olímpicos comparan la velocidad, la potencia, el rendimiento o la precisión que buscan ellos en sus deportes con los obtenidos conduciendo el potente, veloz y preciso CUPRA Formentor VZ5.
Marcando la diferencia
¿Qué define a un campeón olímpico? ¿Qué marca la diferencia a la hora de subir al podio?
Lo saben bien el piragüista Saúl Craviotto (uno de los 2 campeones olímpicos que se han subido tras el volante del CUPRA), medalla de oro en Pequín 2008, plata en Londres 2012, oro y bronce en Río de Janeiro 2016 y plata en las últimas Olimpiadas, y Melvyn Richardson, oro en balonmano en los recientes Juegos de Tokio. “El sueño de cualquier deportista es participar en los Juegos Olímpicos; los de Tokio fueron una experiencia mágica”, asegura Richardson.
Campeones olímpicos y excelentes conductores
Los dos campeones olímpicos que son embajadores de CUPRA hablan de los valores que marcan su día a día para llegar aún más lejos, y también de lo que esperan al ponerse al volante de un coche como el CUPRA Formentor VZ5.
“Del primero al último en una final olímpica hay solo unas décimas de segundo. La velocidad, en mi deporte, marca la diferencia entre tener éxito y no tenerlo”, explica Craviotto.
“Es nuestro máximo objetivo, lograr ser más rápidos que el rival”. Por eso, el piragüista español busca lo mismo en su coche y “el CUPRA Formentor VZ5 responde a la perfección”.
“Cuando eres deportista de élite siempre buscas el mayor rendimiento”, comenta Richardson.
“Al final, el deporte de élite y el mundo del motor son similares, hay que conseguir diferenciarse del resto, y eso lo veo en la originalidad de CUPRA”, añade. “Conducir un VZ5 es espectacular, siento que me encuentro a mí mismo, porque ambos llevamos la deportividad en el ADN”, sentencia Craviotto. “Es difícil de expresar, tienes que vivirlo para entenderlo”
